lunes, 18 de febrero de 2008

■ Los trámites para expropiar los terrenos retrasan la nueva depuradora del Guadalhorce


Las obras de la planta destinada a tratar las aguas de Pizarra, Álora y Coín siguen sin comenzar un año después de que se adjudicaran

Los proyectos para la depuración de las aguas en el Valle del Guadalhorce siguen acumulando retraso tras retraso. La gran infraestructura llamada a tratar los vertidos procedentes de Álora, Pizarra y Coín sigue sin iniciarse a pesar de que las obras fueron adjudicadas por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía hace ahora un año.

Se trata de la denominada EDAR (estación depuradora de aguas residuales) del Bajo Guadalhorce, que se prevé instalar en la confluencia de los ríos Grande y Guadalhorce, en el término municipal de Pizarra. En febrero del año pasado las obras para la construcción de esta planta fueron adjudicadas a la UTE formada por las empresas Elecnor S. A. y Montajes y Saneamientos (Montaysa) por un importe de 5,6 millones de euros. Sin embargo los trabajos todavía no se han podido iniciar debido a que la Junta sigue enfrascada en el expediente de expropiación de los terrenos sobre los que se ubicará la instalación. Así lo explicó a este periódico el diputado de Medio Ambiente, Miguel Esteban, quien recientemente se reunió con la Agencia Andaluza del Agua de la Consejería de Medio Ambiente para tratar el asunto de la depuración de aguas en la provincia. Además de la planta mencionada, la Junta pretende construir otra infraestructura similar para Alhaurín el Grande, Cártama y Alhaurín de la Torre, aunque ésta todavía se encuentra en fase de proyecto.

Colectores pendientes
Se da la circunstancia de que Medio Ambiente también adjudicó en enero del año pasado las obras para la agrupación de vertidos de ambas depuradoras, es decir, los colectores que se encargarán de conectar la red de saneamiento de los municipios con las plantas. Estos trabajos, que en total sumaban una inversión de 10,8 millones de euros, tampoco se han iniciado.

Otro problema a solventar son las reticencias planteadas por algunos ayuntamientos como el de Coín, que se ha mostrado reacio a depurar sus aguas con otros pueblos y siempre ha apostado por desarrollar una infraestructura propia. La planta prevista para Álora, Pizarra y Coín se ideó para dar servicio a una población de 70.000 habitantes.


Fuente: Diario SUR

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